OÍD AL PADRE
“Oíd,
hijos, la enseñanza de un padre, y estad atentos, para que conozcáis
cordura” (Pr. 4:1)
Mucho de
nosotros sabemos que es bueno seguir los consejos de nuestros padres, y más aún
sabemos que los principales y más sabios consejos los da nuestro mayor padre…
Dios, pero ¿cómo aprender a oír la voz de Dios?, ¿cómo mantener nuestros oídos siempre
atentos a sus consejos?
Pues como
todo lo realmente valioso en esta vida, al principio nos cuesta lograrlo, pero
una vez comenzado, ya es más fácil!!
Ante
todo debemos saber que Dios nos llama a ser sus hijos, y por lo tanto como
hijos de Dios, podemos llamarlo a Él PADRE “tú, oh Jehová, eres nuestro padre; nuestro
Redentor perpetuo es tu nombre” (Is. 63:16), un padre jamás querrá algo malo para sus hijos, al contrario
siempre buscará que haga las cosas para bien
“Pues si
vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más
vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan?”
(Mt 7:11).
Ahora nuestro Padre Celestial quiere darnos
muchos consejos, lecciones y regalos, pero es necesario saber escuchar su voz y
eso solo se puede lograr mediante la comunión que tengamos con Él, es decir
mediante la oración “De cierto, de cierto os digo, que todo cuanto
pidiereis al Padre en mi nombre, os lo dará” (Jn. 16:23).
Así como nuestros padres, Dios muchas veces nos
llamará la atención, nos corregirá y probará nuestras actitudes a ver si somos
dignos y responsables para recibir lo que Él tiene para nosotros “Porque Jehová al que ama
castiga, como el padre al hijo a quien quiere” (Pr. 3:12), pero depende de nosotros el saber entender el consejo, la
corrección, ya que muchas veces interpretamos mal y solo nos ponemos a juzgar y
reclamar el porqué de las cosas, nos valemos en decir que Dios es un Dios de
amor y que por lo tanto no debería castigar o corregir, pero debemos tener en
cuenta lo que dice en su palabra y entender que es por amor que muchas veces
Dios tiene que llamar nuestra atención y hacernos reaccionar para volver al
camino correcto. Dios es nuestro padre y pastor y como pastor Él debe velar por
el bien de cada una de sus ovejas e hijos.
Muchas veces
nos afanamos en lograr lo que queremos por nosotros mismos y nos olvidamos de
preguntar si estamos haciendo lo correcto o si realmente esa es la voluntad del
Padre, otras veces nos ofuscamos diciendo que Dios no nos habla o que no
sabemos escuchar su voz, pero lo cierto es que ni siquiera nos preocupamos por
mantener una comunión con Él como debería ser, no le damos ni siquiera una
partecita de nuestro tiempo y pretendemos que nos hable y nos responda cada que
le preguntamos, pero pongámonos a pensar a quién de nosotros ¿nos gustaría que
alguien nos hablara solo por interés?, a mi me ha pasado y realmente me
fastidia que supuestos “amigos” solo se atrevan a hablarme cada vez que
necesitan algo de mí, para mí esa no es una buena relación, los amigos
verdaderos están en las buenas y en las malas, no solo cuando necesitan algo, y
Dios además de Padre es nuestro Amigo!!
Pero
Dios necesita guiarnos a hacer lo correcto para recibir sus regalos, uno de los
más importantes es que “a vuestro Padre le ha placido daros el reino” (Lc. 12:32), su amor
por nosotros es tan grande que nos quiere realmente como sus hijos y nos tiene
preparada una herencia para nosotros, este es nuestro regalo, nuestra herencia,
que no solo podremos ver en el cielo, sino también en la tierra, Dios bendice a
sus hijos fieles.
Pero debemos
saber escuchar y aplicar el consejo a nuestra vida, y a eso se le llama
obediencia “Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres,
porque esto es justo” (Ef. 6:1) y no solo a nuestros padres terrenales, sino con
mucho más razón a nuestro Padre Celestial, ya que Él siempre sabrá lo mejor
para nosotros, si tú quieres que te vaya bien, que tu vida sea prosperada, solo
debes aprender a escuchar la voz del Padre y a cambio recibirás muchas recompensas
gracias a tu obediencia, como el tener sabiduría para caminar conforme a lo que
el Padre desea para ti porque “El hijo
sabio recibe el consejo del padre” (Pr. 13:1)
Ely C.U